Monday, February 13, 2012

Despegando Etiquetas

Todos jugamos un rol dentro del grupo que habitamos. En la familia, entre nuestros amigos, en el trabajo... somos el más fuerte, o el más divertido, el más desordenado, el más despistado, el más alegre.... y así, en función de nuestro rol, otros juegan otros roles, generalmente opuestos o complementarios. O tal vez el proceso es al revés... intentamos jugar el rol que otros no juegan. Puedo estarme equivocando, pero creo que en el fondo todos tenemos una necesidad interna de diferenciarnos del grupo y por eso llenamos vacíos sociales. Y en ese intento por llenar el vacío, podemos llegar a vaciarnos de nuestros anhelos, nuestros secretos, dejando ir las travesuras que quedan escondidas detrás de etiquetas que antes que nadie nos pusimos nosotros mismos.

Todo empieza en casa. Muy pocas veces los hermanos son parecidos en personalidad. Basta comparar familias de más de uno para notar que muchas de las características de un hermano son el efecto ping pong de la personalidad del otro. Un trabajo en equipo silencioso por tener de todo un poco. Por balancear el orden y el desorden, la voz fuerte y la voz ausente, la rebeldía y la obediencia, la flojera y el entusiasmo por salvar el mundo.

¿Pero qué pasa si un día uno decide jugar otro rol? Si el débil se hace fuerte, y el responsable se olvida lo que tenía que hacer, y el callado suelta un chiste... ¿qué pasa cuando el flojo destaca? ¿o cuando el que carga las estrellas en la frente decide reununciar a su trabajo y dormir hasta tarde? Nada pasa. Porque uno no es rol que juega sino mucho más que eso. Si un rol se rompe, todos los demás roles pierden un poco de sentido. Todos pueden serlo todo. Cuando uno se reinventa reinventa el aire a su alrededor.

Es bonito darte cuenta que cuando te liberas de tus miedos, de tu mochila y de tus etiquetas, les das a otros permiso para liberarse. Si sé quién soy y qué quiero, puedo disfrazare sin problema y jugar un rato. Es una buena práctica de flexibilidad jugar con serlo todo y saber que no somos mucho más que nuestra esencia, y esa esencia, está lejos de nuestra profesión, nuestra forma de hablar, o de nuestros chistes.

Todo comenzó con una frase que me mandó un amigo el otro día...

...our thoughts shape what we perceive as reality every bit as much as reality shapes our thoughts. We are more than mere observers of reality – we are creators. It is we who produce and direct our own movie – the same movie in which we ourselves are the stars.

What kind of movie would you like to create today? Love story? Comedy? Drama?


Buenas noches etiquetas.