Tuesday, October 30, 2012

Lecciones de un caracol

Ayer escuché a alguien hablar de un caracol de una manera distinta. Sus palabras se hicieron lupa para hacer zoom en un personaje mucho más interesante de lo aparente. Una vez más compruebo que lo sutil esconde algo especial. Dios se esconde en los detalles (doy gracias a una amiga arquitecta recordármelo).

El caracol tiene cuatro ojos. Pensamos que son antenas. Bueno, los ojos son antenas si ven más allá de lo evidente. (Lo esencial es invisible a los ojos, como nos enseñó el Principito). Cuatro miradas. Cuatro maneras de ver el mundo: una misma cabeza. Poder separar lo positivo, de lo negativo, lo real, de lo inventado. O aislar los colores para ver de un sólo color la misma realidad. Tal vez leer lo físico, lo emocional, lo espiritual y el vacío. Tal vez, ver sólo personas, sólo naturaleza, sólo aire, sólo agua. Tal vez aislar los sentidos. Poder ver todo desde cuatro ángulos que se unen para formar el kaleidoscopio con el que al final miramos un mundo integrado hecho de muchas partesitas. Podría ser una manera mucho más saludable de entendernos a nosotros mismos.

El caracol siempre lleva su casa consigo y habita en el universo. Donde sea que está, está en casa. Qué bonita idea. Qué bonito es sentirse en el lugar adecuado siempre. Optar por ser, disfrutar el estar... dejando el hacer en el fondo. Hacer no deja de ser importante, pero no es esencial. Aprender a ser, y poder disfrutar de ser, aunque sea unos segundos al día, te conecta con el presente que es lo que te contiene. El caracol sabe que el presente es su hogar. Siempre está dentro de él mismo.

Avanza lento. Para algunos, demasiado lento. De repente, te das cuenta que está subiendo una pared. Que puede llegar a estar hasta de cabeza. Y no creo haber visto un caracol retroceder.

Deja transparencia por donde va.

Y yo que los veía feitos. Sólo espero poder tener la suerte de cruzarme a alguno por ahí para darle las gracias por ser una lección de vida.

No comments: