Wednesday, July 20, 2011

adios a febrero

(Disculpen la falta de acentos, escribo desde el blackberry)

Ayer termine un librito que recomiendo para personas de animos sutiles, imaginacion de puntos de colores, sabios con corazon de nino, aquellos que disfrutaron del principito. Cajas de luz. La historia de un pueblo que sufre del interminable ataque del mes de febrero. Un mes de mas de 900 dias que impide el vuelo de cualquier globo, cometa, pajaro o ilusion. Un mes de infinita nieve que llena el paisaje de tonos grises y las casas de oscuridad. Es el relato de como vencer la tristeza con tecnicas de ninos, hojas de menta, trabajo en equipo y agua caliente. No quiero adelantar nada del libro, solo recomendarlo. Viene bien para levantar los animos en epocas de invierno.
El libro me hace recordar que la pena no fundamentada, esa melancolia sutil que a veces nos susurra en el oido que es mejor quedarnos en casa, puede combatirse. Hay tecnicas para levantar los animos. No hablo de aquellas en los tontos manuales de autoayuda que asumen que todos somos iguales. Hablo de los manuales propios que vamos armando a lo largo de nuestra vida. Todos sabemos que es lo que nos levanta el animo. Si no es asi, no es tarde para comenzar. Siempre esta esa pelicula que te hace reirn esa persona con la que puedes estar en silencio, esa otra con la que puedes hacer berrinche. Siempre esta la bicicleta, el malecon, una musica alegre, una frase guardada en la memoria. Siempre esta el sabor que uno tiene cuando se siente feliz y la certeza que cualquier invierno pasa. Podemos sentarnos a esperar escondidos bajo un paraguas o protegidos por un control remoto entre nuestros dedos. Pero podemos tambien soplar duro y parejo para hacer que las nubes se muevan mas rapido.
Hay penas con razones legitimas. Esas se curan de manera distinta. El tiempo siempre es un buen doctor y cicatrizante.
Yo hablo de aquellas que ni siquiera vale la pena tratar de explicar. Creo que vienen de algun lugar en el cuerpo que pide atencion. Es una voz sin discurso. Algo asi como una cancion que decide ponerse de musica de fondo. El reto esta en bajarle el volumen hasta que se quede sin voz.
Yo creo haber encontrado dos formas de combatir mis febreros. La meditacion y el movimiento. De meditacion no les hablo hoy porque ya lo he hecho bastante. Prefiero moverme hoy y saltar entre lineas.
Hay que aprender a sacudir a febrero. Sacarlo del cuerpo. Sudarlo. Estirarlo. Enroscarlo y hacerlo bolita. Es cuestion de voluntad. Una decision. Un ya no jodas. Un yo tengo el control. A febrero hay que hacerle recordar que sabemos pararnos sobre nuestros dos pies. Podemos plantarnos firmes sobre el suelo. Es cuestion de sacar las zapatillas del closet y amarrarlas firme. Abrir la puerta que da a la calle. Salir al aire, a la lluvia, siempre en busca de movimiento. Es cuestion de buscar una nueva musica que opaque la sinfonia de violines de febrero. Una pandereta. Un pomo lleno de frejoles. Muchos aplausos. Gritar tambien sirve y plantar duro los pies sobre el suelo hasta que retumbe la tierra.
Movimiento libre. Movimiento sin sentido, sin rumbo, sin tiempo de salida ni llegada. Hoy opte por ir a una clase de salsa. Les escribo mientras espero. Haber salido de casa fue la primera victoria contra febrero. Jodorowsky dice que la alegria y la tristeza bailan como una pareja de amantes. Hoy, febrero y yo salimos a bailar.

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