Monday, July 18, 2011

intersticios



Intersticios. Diana Janin.
http://www.artealdiaonline.com/Artistas/Janin_Diana




Siempre he comprendido la palabra intersticio como el espacio entre dos formas determinadas. Es un espacio retazo. Un residuo. Lo que queda. Lo que sobra. Un momento que se sale de dos tiempos y se convierte en uno propio no planeado ni estructurado. Es de bordes difusos, transformable, se puede agrandar del tamaño de un planeta o achicar hasta meterlo en el bolsillo. Es de chicle y papel, de color y de humo, depende de las manos en las que caiga.

Un intersticio tiene el encanto de ser imperfecto ya que es el resultado de dos objetos que no encajan del todo. Es un vacío. Un accidente. Un respiro.

Una vez escuche de un artista que dedicaba su vida a coleccionar intersticios urbanos (dislcúlpenme por no recordar el nombre). Dicho en palabras más simples, buscaba lotes retazos dentro de la ciudad que quedaban abandonados. En realidad no estaban abadonados porque nunca habían sido de nadie. Estos eran lotes que se formaban como restos dentro de las manzanas lotizadas y estructuradas. El artista buscaba comprar y valorar espacios sin valor para la mayoría. Un lote podia medir 100 metros x 50 centimetros. Para el artista, ese lote era una joya valiosísima para su colección. Cuando encontraba un lote nuevo, no tan sólo lo adoptaba. Buscaba papeles y títulos de propiedad que muchas veces no existían. Quería apropiarse de estos espacios de manera legal para no ser absolutamente nada más que valorar su existencia.

Imagina tener un pye de manzana redondo. Tratas de cortarlo perfecto. Siempre queda un pedacito más pequeño o que se rompe. Tal vez una miga grande. Este artista, recogía la miga y la dejaba ser miga. Una bella miga. Para mí, la idea es bellísima. Es poner los ojos en algo que nadie más ve. Apreciar la belleza que va más alla de la mirada. Un amor por lo imperfecto.

El artista coleccionaba imperfecciones que se generaban por obra del azar o un mal cálculo de tierra. ¡Un coleccionista de errores! ¿No es genial, o soy la única que se emociona con estas cosas? Alguien que tiene fascinación por los bordes con quiebres, las formas estrechas y las curvas sin nombre. Alguien que no tiene ojos para lo imperfecto, sino en realidad, para lo único, lo irrepetible, lo diferente, lo inesperado.

Hay momentos en nuestras vidas como intersticios. Momentos entre momentos en los que puede pasar todo y no puede pasar nada. Horasm días, semanas, meses, durante los cuales tenemos visa para soñar, para planear, para limpiar habitaciones y romper papeles viejos. Tal vez llegaste antes de lo pensado al café donde vas a encontrarte con alguien. Tal vez saliste de vacaciones. Tal vez renunciaste y todavía no tienes otro trabajo. Tal vez dejaste las llaves dentro del carro y estás esperando que lleguen a abrirlo. Tal vez eres el próximo en la cola para el baño. Lamentablemente, siempre en esos momentos, tenemos el blackberry, la agenda, la computadora o algún televisor muy al alcance. No nos permitimos gozar de momentos en blanco como trampolín para salir volando.

Un interticio es un puente entre dos orillas, una luz roja despues de una larga ola de luces verdes, un río que se nos cruza por medio del camino, o tal vez una cama amiga que nos recibe por mas de 8 horas. Es un juguete nuevo que cuesta aprender a usar porque las instrucciones están escondidas en algún cajón detrás de la nube que guarda nuestros sueños y el verdadero retrato de nostros mismos.

Manejar vacíos no es algo fácil, sobre todo si tienes la tendencia a llenar los días de actividades y cosas por hacer. Es lindo hacer cosas que a uno le gustan... hacer deporte, caminar, visitar a algún amigo, ordenar el closet, en fin, cosas por hacer siempre hay miles. Tenemos estímulos desde que abrimos las pestañas hasta que las cerramos, y no dudo que en nuetros sueños aparezcan también todas esas cosas que queremos hacer con nuestra vida.

El artista del que hablé es un recolector de intersticios. Cuando los compra, los registra hasta el último detalle en dibujo, foto y con palabras. Los analiza, los entiende, los observa y los acepta tal y como son. No creo haber escuchado que los use para plantar algun árbol y poner estacionamientos. Para él, son espacios intocables que quiere hacer existentes. Jamás los habita. Por lo tanto, no se los apropia. Simplemente valora su rareza y la protege antes de que algun vecino decida colocar algunos botes de basura.

No sé qué tan clara sea la relación entre estos terrenos y los espacios. Es tal vez mi lado arquitectónico que buscó relacionar un tiempo que vivo con una condición espacial la que recordó el trabajo del artista. Ahora que soy yo la que paso por un momento intersticio - un término un poco más elaborado que vacaciones que escojo para explicar lo que vivo en este momento. De repente, se acabaron los días estructurados. No estoy de viaje, puedo y no puedo tener una rutina, tengo muchas cosas por hacer pero nada inmediatemente importante más que regresar a esa misma estructura en un par de semanas y entre tanto, descansar y cargarme de energía.

Lo cierto es que he empezado a reconocer la rareza del tiempo libre. No creo que todos lo vean así, pero sé que no soy la única que no sabe que hacer con el tiempo libre. Por eso lo lleno de cosas. Le quito libertad a mis momentos libres. Sin darme cuenta, comienzo a darle forma de cuadrado a una nube. Sin querer queriendo, como diría el Chavo. Me le corro a la incertidumbre que tanto había estado esperando hace semanas.

¿Para qué cargo con la agenda en la cartera? Ella nunca será tan lista como nuestros propios sentidos. Esos que en momentos intersticios, pueden tomar protagonismo y desviarnos del camino.

Manana me gustaría despertar con ánimos de intersticio. Dejar que la incertidumbre me sorprenda. Olvidar el reloj por un rato. No apuntar ningún pendiente y tal vez no llamar a saludar a nadie. Quiero hacer lo que cada segundo dicte, ni uno mas atrás, ni uno más adelante. Tal vez así logre encontrar espacios en mí que no conozco. Rincones entre neuronas, cajones secretos detras de las pestañas o un dedo numero 11. Tal vez encuentre una mirada en el corazón. Tal vez encuentre vacío, un bonito vacío que vale la pena registrar y dejar vacío. Eso seria tal vez lo mas fascinante. Poder estar en silencio navegando sin remos, sin brújulas y en libertad. Con alegría.

Buenas noches.

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