Saturday, September 3, 2011

Receta para bajar la dosis de ego

Siempre estuvo ahí la respuesta, pero recién la ví clara hace unos días. No creo ser la única que siempre tiene el ojo puesto en su ego para asegurarse que se quede bajo control. Siempre quiere tomar el control. De repente, no te das cuenta, y regresa la importancia de lo que otros piensen sobre ti. De repente olvidas preguntarte qué es lo que tú quieres y un porcentaje de tus decisiones, tus palabras y tus acciones las maneja un eco externo.

Pero dejemos al ego tranquilo. Sólo quería compartir una receta. Sólo tiene un ingrediente, se puede hervir, freir o poner crudo en el plato. No existe posiblidad alguna de empache. Mientras más se utilice, mejor.

AMOR.
una cucharadita, un tazón, cuatro puñados, un océano de amor. El amor le rompe los esquemas al ego. Hablo de amor en cualquiera de sus formas.

El amor propio, el amor a los amigos, a la familia, el enamorarse.

Cuando uno se quiere lo suficiente, se acepta tanto que no necesita que nadie más lo acepte. El eco desaparece. No hay necesidad de aprobación. El ego se queda sin voz, sin chamba y sin patines.

Cuando uno quiere a alguien, resulta imposible cuantificar lo que uno da. Por más que uno trate, no se puede. No importa si se da mucho, si se escribe mucho. Se pierde el miedo a la vulnerabilidad y al rechazo. Cuando aprendemos a dar con libertad le desarmamos los esquemas al ego.


Tal vez éste no sea un descubrimiento grande para nadie más que para mí. Yo siento haber redescubierto la pólvora.

1 comment:

lbv said...

que bueno que tu mochila tenga un par de piedras menos o que hayas parado a sacarte la piedrita del zapato, como sueles decir.
viaja ligero me dice mi vieja...
asi es mas facil caminar 3 centimetros sobre el suelo.
ahora, sonrie!