Wednesday, August 15, 2012

Atención - Intención - No Tensión

Tres palabras que no sólo riman... sino que se acompañan, se complementan, se jalan la una a la otra en conflicto hasta alcanzar un balance. A veces caminamos y caminamos en círculos dispersos. Caminamos por las calles de la ciudad, por los espacios de nuestra casa, por los rincones de nuestra mente. Caminamos sin saber qué buscamos. A veces, ni siquiera sabemos si estamos buscando. Es un ir y venir que se conecta con parte de nuestra esencia nómade o tal vez con ese estado inconsciente nuestro que deja de estar con los pies sobre esta tierra y simplemente se pierde entre pensamientos, pasado, futuro, nubes de ideas, recuerdos de personas, sueños. A mí me pasa mucho. De repente, pasaron unos minutos, a veces unas horas y estuve por algún lado haciendo algo que no recuerdo o tal vez que no era ¨importante¨ (lo pongo entre comillas porque si me pongo a definir lo que considero que es importante comenzaría a vagabundear y caer en esos pasos dispersos que acabo de describir).

Creo que esos movimientos del cuerpo y la mente entrópicos, desordenados, son saludables. No siempre podemos estar enfocados. No siempre podemos saber lo que estamos buscando. Inclusive, muchas veces son esos momentos o esas etapas en las que nos sentimos sin rumbo las que nos llevan a una puerta.

Atención. De repente, algo me interesa. Algo causa en mí curiosidad. Algo me impulsa a acercarme. Mis pensamientos y mis pasos comienzan a tener un sentido más claro. Veo un camino que quiero explorar. Me empuja la curiosidad, la intuición, tal vez el aburrimiento o la necesidad de llenar un vacío. De repente, siento el paso del tiempo. Observo, me pregunto, observo, me pregunto... será esto lo que quiero?

Intención. Respondo sí. Esto es lo que quiero. Pongo los ojos en un punto fijo. Alineo mis pasos, levanto la mirada y camino. Al caminar descubro. Los miedos me frenan, las dudas me pueden hacer perder el balance, los recuerdos de lo que queda atrás y las expectativas de lo que debería venir por delante te llevan a puntos estáticos. Yo mismo convierto ideas en piedras en un zapato del que sólo yo soy responsable porque sólo en mi cabeza existe. Algunos opinan, pero en realidad, somos nosotros mismos los que cargamos la mochila, el cuello, los músculos de la cara y comenzamos a correr hacia una meta que nosotros mismos pusimos creyendo que se nos escapa.

No tensión. Respira. eso es falso. Falso. Lo verdadero, lo que realmente anhelas y amas, prevalece. Nada va demasiado rápido ni demasiado lento. Todo tiene su ritmo. Aligero mis pasos sin dejar de sentir el suelo y el aire. Sin dejar de respirar. Sin poner el cuerpo tieso como un pedazo de madera. Balance es mitad fuerza y mitad flexibilidad. Cada músculo mío que trabaja hace que otro opuesto se relaje. Cada palabra de yo si puedo viene acompañada de un quédate tranquila. Mitad enfoque y mitad desenfoque.

Tener una intención sin poner tensión, siempre prestando atención. Qué bonito suena. Puede ser simple si lo manejamos con precisión de cirujano. Y ese trío trabaja en cada postura de yoga que uno practica y en cada reto que uno asume como propio. Hay una línea muy delgada entre la determinación y la tensión. Cuando queremos controlar todo, no podemos controlarnos ni a nosotros mismos. Cuando soltamos demasiado, perdemos oportunidades. Cuando le ponemos ganas a lo que hacemos y confiamos, las cosas pasan de la manera que debe darse. Atenta. Intento. Confío y suelto una cometa amarilla al cielo.

No comments: