Thursday, January 3, 2013

Carta al 2013

Querido 2013:

Has llegado rápido, inesperadamente, rompiendo el cascarón del 2012 que susurraba en nuestro oído que nos quedaríamos adentro, sin salir a un nuevo aire, a nuevas metas, a nuevos sueños. Nunca creí que no llegarías, pero tal vez, tanto rumor aturdió mis ganas de comenzar con un papel en blanco al gritar 3-2-1 feliz año nuevo. Sigo re- escribiendo mi lista de resoluciones para mostrársela y que estés orgulloso de mí. Sigo con sueño. Tengo flojera. Y mucho por pensar.

Hay un anhelo en mí profundo de silencio. Silencio en la garganta, en los ojos, en las manos y en el corazón. Hay un anhelo colectivo de ir más despacio. De parar y contemplar un papel en blanco, porque es tal vez un papel en blanco lo que tenemos como meta. Un profundo silencio interior que acompañe toda la bulla que escuchamos afuera, en la calle, en nuestra cabeza, en nuestro andar.

El mundo necesita silencio. Mi mundo, necesita silencio. Mis calles, mis rincones, mis montañas, las rusas y las de tierra. Necesito poder esconder un poquito lo que pienso porque las palabras desgastan mucho los tesoros que a veces guardamos adentro. Y cuando uno decide silenciarse, la mente se inquieta aún más porque le tiene pavor a perder la fama, la atención, los aplausos y los tomates que intentamos tirarle.

Alguien hace poco me dijo que lo que guarda uno por dentro, toma poder.
Si es algo destructivo, es mejor hablarlo y cortarle las raíces.
Si es algo bueno, a veces, protegerlo en una envoltura de silencio puede hacerlo crecer, renacer, abrirse y hacerse palabra. No muchas palabras. Una palabra chiquita y simple, como una gota de agua que llena el mar y que sale de los ojos.
¿Y si lo que guardó en secreto es puro silencio? ¿Podría crecer tanto que logre llegar a otros?
Tal vez, por un minuto, algún día, las bocinas de la calle dejen de sonar.

Querido nuevo año, sé que no entiendes mucho. Cómo explicar el silencio en palabras! Sólo pido, que en todas las listas de resoluciones de nuevo año, hagas espacio entre las líneas, y vacíos entre las palabras, y letras O muy grandes para que por esos vacíos, las personas, sin darse cuenta, te pidan también silencio.

El mundo en el que vivimos necesita respirar.

Atentamente,
Angie

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